No cabe duda de que el deporte es benéfico para su salud, y su práctica es más que recomendable.
Pero, cuidado, es indispensable elegirlo bien para que resulte adecuado a su edad y su condición física.
El ejercicio permite conservar e incluso desarrollar la amplitud natural de las articulaciones, y lucha contra "la anquilosis". El deporte constituye el mejor tratamiento preventivo y curativo de la osteoartritis, ya que favorece la nutrición y la movilidad del cartílago.
Además, refuerza los músculos y los tendones, su punto de anclaje a los huesos.
Así pues, unos músculos bien desarrollados "amortiguan" mejor las sacudidas articulares provocadas por los ejercicios físicos. En efecto, la energía es absorbida por los músculos y no por los huesos ni las articulaciones. En caso de impacto (una caída o una colisión, por ejemplo), una articulación rodeada de músculos armoniosos siempre está mejor protegida.
De esta forma, el deporte también nos ayuda a luchar contra el envejecimiento de la estructura articular.
Osteoartritis: ¿En qué casos resulta nocivo el deporte?
¿Cómo se explica, entonces, que los deportistas de alto nivel, es decir, unas personas muy entrenadas físicamente, padezcan osteoartritis?
Hay que distinguir dos circunstancias de afecciones cartilaginosas.
- Las vinculadas al agotamiento deportivo.
- Las vinculada al desgaste del cartílago con el paso de los años.
La osteoartritis en el deportista joven
El factor responsable son las heridas y el agotamiento articular.
Un menisco lesionado, un ligamento desgarrado, las heridas repetidas en el mismo lugar o un golpe articular (caída sobre la rodilla, por ejemplo) pueden desestabilizar una articulación y aumentar, así, la fricción, lo que puede resultar en una osteoartritis.
Las cargas mecánicas intensivas ejercidas en las superficies articulares provocan micro-facturas del hueso subcondral (el hueso que contiene el cartílago). Este fenómeno conlleva una modificación del cartílago que conduce a la osteoartritis. Además, la ausencia de un período de recuperación puede inhibir completamente la regeneración del cartílago.
Estas lesiones de fibras de colágeno surgen por gestos muy específicos.
- Afección de las superficies articulares del hombro derecho en los jugadores de tenis de mesa diestros o de golf zurdos.
- Lesión de la articulación peroneo-tibial superior del futbolista.
Hay otros dos factores de riesgo que amenazan a los deportistas: Una mala técnica en la ejecución de un movimiento.
Una alineación incorrecta de una articulación.
Así pues, una persona aficionada a correr que realice sistemáticamente un movimiento incorrecto del pie, pude traumatizar su rodilla.
Un jugador de tenis que sólo utilice la fuerza muscular de su brazo para golpear la pelota puede sufrir una tendinitis en el hombro.
La repetición de estos micro-traumatismos puede conducir a la osteoartritis.
La osteoartritis en el deportista "senior"
Las lesiones artrósicas son frecuentes en el deportista a partir de cierta edad, y pueden deberse a:
- La hiperactividad deportiva realizada durante toda una carrera.
- El hecho de que esta actividad deportiva afecta a una articulación que tenga alguna anomalía.
Éste es el caso, por ejemplo, de la insuficiencia de cobertura cotiloidiana (articulación de la cadera) responsable de coxOsteoartritis en la bailarina.
La osteoartritis también aparece en una articulación que ya haya padecido lesiones, como la ruptura del ligamento cruzado o tras una menisectomía (ablación del menisco en los futbolistas).
Principio de la menisectomía |
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Menisco interno sano |
Lesión del menisco interno |
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Intervención |
Resultado tras la intervención |
¿ Cuál deporte para sus cartílagos? Algunos consejos prácticos
Si tiene tendencia a padecer esguinces de tobillo, le conviene más andar en bici que jugar al tenis.
Si padece lumbalgias, la práctica de deportes náuticos es más recomendable que los deportes de pista.
Escoja su deporte teniendo en cuenta sus limitaciones.
Una vez que lo haya escogido, no escatime en el equipamiento.
Busque consejo para elegir sus zapatillas de correr, la raqueta de tenis, etc. Una raqueta demasiado pesada puede ser responsable de una epicondilitis (la epicondilitis es una enfermedad dolorosa del codo. También se conoce como "tennis elbow" o "codo del tenista") y unas zapatillas desgastadas podrían ser responsables de una tendinitis del talón de Aquiles.
Al final, habrá escogido su deporte y estará bien equipado para practicarlo.
Antes de lanzarse, empiece siempre por una fase de calentamiento y termine con ejercicios de estiramientos. Hay un gran número de lesiones que aparecen bien al inicio del ejercicio, porque el cuerpo está "frío" o bien al final, cuando los músculos están agotados.
Mientras practique su deporte, evite las alternancias bruscas de intensidad y duración de sus ejercicios. El ciclismo permite ilustrar estos datos. "Pedalear" rápidamente poniendo un desarrollo pequeño puede resultar benéfico para la articulación femoro-patelar (articulación de la rodilla), mientras que pedalear con fuerza poniendo un desarrollo grande, a menudo resulta agresivo para la rótula.
Para preservar el cartílago, se recomiendan más los deportes que se practican en el eje de las articulaciones. Por ejemplo, el cardiotraining con aparatos, la musculación controlada, la gimnasia de mantenimiento y el stretching suave.
Uno de los peligros que amenaza al cartílago, sobre todo a nivel de la rodilla, es el sobrepeso. Si recupera su peso ideal gracias a la práctica armoniosa de un deporte, también estará previniendo la enfermedad.
La práctica armoniosa y razonable del deporte es muy recomendable en la prevención de la osteoartritis. Al igual que en todo, lo que puede resultar perjudicial es el exceso que, en este caso, puede provocar diversas lesiones que pueden resultar en osteoartritis.