La implantación de una prótesis de cadera permite sustituir una de las dos superficies articulares con el cartílago desgastado, o las dos: la cabeza (y el cuello del fémur) y el acetábulo.
Las prótesis utilizadas se componen, así pues, al igual que el fémur, de una cabeza (bola) y un cuello, que sustituirán, respectivamente a la cabeza y el cuello del fémur. El cuello de la prótesis se prolonga mediante una cola que se inserta en el interior del fémur.
Por otro lado, la cavidad acetabular se refuerza mediante la parte acetabular de la prótesis (cúpula).
La intervención
La implantación de una prótesis es una intervención importante.
Si es posible, tiene que realizarse en un establecimiento especializado en cirugía protésica. Normalmente, la duración de la hospitalización supera una semana o incluso 10 días.
Esta operación requiere una anestesia general o epidural. Esta decisión dependerá de su estado general y el tipo de operación que requiera la implantación de su prótesis.
Puede ser necesario realizar una transfusión. La duración de la operación puede variar entre 1 h y 2 h. Tras la intervención, se realizan radiografías para controlar la cadera. Además, es posible sentir dolores al despertar y, en este caso, se recetarán analgésicos en perfusión.
Los días posteriores a la intervención
La reanudación de la marcha debe hacerse de forma progresiva, es importante que el paciente siga los consejos del kinesiterapeuta o el equipo médico que lo rodea. Normalmente, los desplazamientos del primer día tras la operación requieren una silla de ruedas. Poco a poco, el paciente vuelve a caminar, a menudo apoyado en muletas para aliviar la musculatura y no someter a un esfuerzo excesivo a la cadera (tres o cuatro semanas).
La reeducación no es obligatoria. Puede ser necesaria si tiene que realizar rápidamente esfuerzos importantes en sus actividades cotidianas. (Si su casa tiene varias plantas, si tiene que retomar muy rápidamente sus actividades, etc.)
De forma general, al cabo de un mes, el paciente puede retomar su marcha normal. Sin embargo, le aconsejamos que se ayude de un bastón para aliviar la cadera. Normalmente, el paciente operado puede volver a trabajar al cabo de 2 meses y medio o 3 meses.
Sin embargo, tras una intervención de esta envergadura, el paciente debe visitar periódicamente a su médico de cabecera (o Médicos generales, Reumatólogos, Ortopedistas, Traumatólogos, Medicos internistas, Fisiatras, Medicina de rehabilitación). Para ello, las consultas al cirujano también han de ser regulares: entre 2 y 3 meses tras la intervención y luego hacia el 6º mes y un año después. A continuación, se recomienda un control anual.
Los resultados
El dolor y la movilidad
Actualmente, unas 30.000 personas al año reciben una prótesis de cadera. Generalmente, permite una mejoría clara de la movilidad y una gran disminución del dolor durante varios años. Sin embargo, en los pacientes más jóvenes, es posible que algunos dolores vuelvan a aparecer al cabo de unos quince años debido a un desellamiento de la prótesis. En ese caso, hay que plantearse cambiarla. Actualmente, la implantación de una nueva prótesis da buenos resultados.
La cicatriz
Generalmente, la cicatriz se sitúa en la nalga. Pero según el cirujano, es posible que se sitúe en la cara externa (o incluso anterior) de la cadera.
El tipo de prótesis
Existen varios tipo de prótesis de la cadera. Varían en función de los materiales utilizados:
- Prótesis con una bola de metal, o cerámica, que se introduce en una cúpula de poliuretano.
- Prótesis con bola y acetábulo de cerámica.
- Prótesis de metal con una cúpula de metal colocada en un bloque de poliuretano.