Osteoartritis y la importancia de comer bien
Los pacientes artrósicos que padezca una sobrecarga ponderal pueden pedir consejo y acompañamiento para lograr un peso “normal” (remitirse a la sección “Tratamientos”).
En algunos casos, resulta útil recurrir a un dietista para obtener consejos precisos de régimen. Hay dos formas eficaces y complementarias para perder peso, que son el régimen adelgazante y el ejercicio físico.
En ambos casos, hay que mantener un equilibrio alimentario realizando, como mínimo, 3 comidas al día, beber bastante y limitar el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas.
Moverse
El ejercicio es muy importante para evitar que perdamos la masa muscular que rodea a las articulaciones.
Así pues, una actividad física puede permitirnos mantener o incluso desarrollar nuestros músculos y, de esta forma, aliviar nuestras articulaciones.
Por lo tanto, realizar ciertos movimientos puede calmar los dolores y, en ciertos casos, limitar la evolución de las lesiones articulares. Sin embargo, tiene que consultar a su médico para definir el tipo de ejercicios que puede realizar. No hay que olvidar que algunos movimientos son más benéficos que otros.
Una serie de estudios ha demostrado, así pues, que una disminución de la fuerza muscular del músculo del muslo (el cuádriceps) precede a la aparición de una osteoartritis de la rodilla (gonartrosis) y, por lo tanto, no es una consecuencia de ella.
Por lo tanto, “moverse” resulta esencial para la osteoartritis, a condición de que el ejercicio físico esté adaptado a sus capacidades. Los efectos benéficos en las articulaciones afectadas de osteoartritis son los siguientes:
- las articulaciones conservan su flexibilidad;
- la fuerza de los músculos se mantiene e incluso aumenta;
- la estabilidad articular se ve garantizada;
- mejora la resistencia durante las actividades cotidianas.
Por lo tanto, hay que realizar una actividad física regular evitando sobrecargar sus articulaciones.
Caminar a su ritmo, durante al menos 1 hora, 3 veces por semana, permite un buen mantenimiento articular y puede disminuir considerablemente el dolor.
En caso de dolor, no hay que seguir realizando la actividad como si no pasase nada: esto podría agravar las lesiones del cartílago.
En caso de crisis de osteoartritis, es preferible limitar su actividad física.
Por lo tanto, hay que mantener sus actividades lo más posible, y respetar el dolor siempre que aparezca.
Auto-vigilancia
Puede ser muy útil si realiza una auto-vigilancia sistemática de su osteoartritis. De esta forma, podrá presentar y discutir los resultados de su auto-evaluación con su médico, quien podrá, en ese caso, evaluar más fácilmente el nivel de progresión de su osteoartritis y adaptar su tratamiento si fuese necesario.
Le proponemos que descubra las técnicas de auto-evaluación a través de puntos propuestos en la siguiente barra de navegación:
Si observa que se producen modificaciones entre dos evaluaciones, debe consultar imperativamente a su médico.
Cuando padezca una crisis dolorosa e inflamatoria
Ya hemos visto antes que el dolor es un síntoma evocador de una crisis y, por lo tanto, de una posible agravación de las lesiones artrósicas de sus articulaciones. Sin embargo, la dificultad reside en la subjetividad de la sensación del dolor.
Así pues, puede ayudar a su médico evaluando diariamente su dolor, atribuyéndole una nota comprendida entre 0 (ningún dolor) y 10 (dolor extremo) y comunicándole los resultados durante la consulta.
[ La escala visual analógica ]
Es muy importante reconocer una crisis de osteoartritis lo antes posible, ya que a menudo viene acompañada de fenómenos de destrucción articular. Así, para vigilar su osteoartritis, tiene que permanecer muy atento a los signos precursores de una crisis y consultar a su médico para realizar un balance sobre su estado si vuelven a aparecer.
Los siguientes síntomas anuncian a menudo una crisis de osteoartritis:
- un aumento brusco del dolor en pocos días sin causa aparente;
- la aparición de dolores nocturnos;
- una rigidez al despertar que dure más de quince minutos;
- la aparición de una rojez y la sensación de calor a nivel de la articulación;
- la aparición de un derrame articular (la articulación aumenta de volumen).
Por lo tanto, es importante diferenciar bien los síntomas de una crisis artrósica y los dolores habituales. Si siente estos síntomas, tiene que consultar con su médico para que éste le recete, lo antes posible, el tratamiento necesario para calmar los dolores y limitar la destrucción de su cartílago.
En este caso, el médico podrá, pero no es obligatorio, confirmar el diagnóstico realizando exámenes complementarios.
El examen más útil es una radiografía de la articulación. Su médico podrá compararla a la precedente para saber si hay o no una agravación de los signos que manifiestan una destrucción cartilaginosa acelerada.
La ecografía (examen que se está evaluando en el marco de la osteoartritis) es simple, indolora, con un costo accesible y podría, en un futuro cercano, acompañar a las radiografías para evaluar el estado articular.
También se puede realizar una punción del líquido articular. La punción le aliviará y le permitirá asegurarse de que los dolores se deben a una crisis de osteoartritis y no a otra enfermedad. Este gesto puede preceder a un gesto terapéutico, la infiltración.
De forma excepcional, también se puede realizar una IRM.
Si siente una molestia funcional
En función de la articulación afectada, la osteoartritis puede conllevar una molestia dolorosa que limitará la amplitud de sus movimientos. La medida de la disminución de su movilidad gestual o la de sus dificultades para efectuar algunas tareas puede ser un medio eficaz para vigilar su osteoartritis.
En efecto, su movilidad puede reflejar el estado de evolución de sus lesiones artrósicas. Para vigilar su osteoartritis y, más particularmente, su impacto en la disminución de su movilidad, existen distintos cuestionarios. Estos cuadros de evaluación, generalmente utilizados por los médicos, son, por lo tanto, herramientas pertinentes para ayudar a vigilar su osteoartritis.
Sin embargo, no siempre resulta sencillo. En algunas localizaciones, la evaluación de la dificultad para realizar ciertos movimientos no refleja obligatoriamente la evolución de su osteoartritis.
Por lo tanto es importante que evalúe a menudo sus dificultades gracias a estos cuestionarios, pero tiene que hablarlo periódicamente con su médico. Analizando sus respuestas, sólo es capaz de medir la evolución de su osteoartritis y recomendarle un tratamiento adaptado a su estado.
Le proponemos que complete este cuestionario, lo imprima y hable de sus resultados con su médico.
- Índice funcional de Lesquesne para las gonartrosis
- Índice funcional de Lesquesne para las coxosteoartritis
- Índice funcional de Dreiser para la mano
Si padece una rigidez articular
La osteoartritis puede conllevar una cierta rigidez de sus articulaciones. La intensidad y la duración de esta rigidez, a menudo matinales, pueden reflejar el estado de inflamación de su articulación. Esto se observa a menudo durante las crisis congestivas de osteoartritis.
Evaluar regularmente la evolución de su rigidez puede ser un medio de vigilancia de su osteoartritis. Al igual que en el caso de su movilidad gestual, hay cuestionarios (que pueden ser los mismos) que le permiten cuantificar regularmente la intensidad de su rigidez y conocer su progresión. Sin embargo, es imperativo que discuta los resultados observados con su médico. Él es el único capaz de analizar el resultado y juzgar el estado de avance de su osteoartritis.
Le proponemos que complete este cuestionario, lo imprima y hable de sus resultados con su médico.