¿Para qué sirve?
Esta técnica permite eliminar de la articulación dolorosa las enzimas responsables de la degradación del cartílago, pero también de los micro-cristales o los desechos que, encerrados en la articulación, mantienen la irritación. Actualmente, el lavado articular se practica en la articulación de la rodilla. Sin embargo, actualmente no hay un consenso respecto a su práctica, ya que una serie de trabajos recientes no han podido confirmar su eficacia.
¿Cómo funciona?
El lavado articular consiste en inyectar en la articulación una dosis importante de suero fisiológico y hacerlo salir cargado de impurezas.
Este gesto se efectúa en un marco hospitalario o en una clínica, en el bloque operatorio o en una sala de biopsia, sin hospitalización, o con una hospitalización muy breve. Se realiza con anestesia local (o locoregional) y en estrictas condiciones de asepsia para garantizar la esterilidad de la intervención.
En ocasiones puede asociarse a una infiltración de cortisona. Su médico puede recetársela durante un acceso de osteoartrosis de rodilla, y cuando la rodilla sigue hinchada a pesar de los tratamientos realizados.
¿Qué precauciones tomar?
Se trata de un acto que en general se soporta bien. Tiene que señalar a su médico si tiene alguna enfermedad cardiaca y/o alergia, ya que puede existir una intolerancia a los anestésicos locales utilizados.